La Empresa y su Entorno

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Todos sabemos más o menos definir una empresa, pero siempre viene bien matizar algunos términos.

Para la Real Academia de la lengua Española es la acción ardua y dificultosa emprendida con riesgo.
Desde un punto de vista económico, es una la unidad integrada por elementos humanos, técnicos y materiales, coordinados por la dirección para producir con fines de lucro.
Desde un enfoque técnico es una unidad que organiza y transforma imputs (factores de producción: capital, trabajo y recursos materiales) en outputs (bienes y servicios) a cambio de un beneficio.
Desde el punto de vista social es un sistema de elementos humanos, con intereses heterogéneos, conscientemente coordinados por un administrador para alcanzar unos objetivos globales (sinergia) hacia el bienestar social, lo que implica asumir una serie de responsabilidades.
Por ultimo, desde un punto de vista legal es una entidad jurídica con ánimo de lucro, cuya forma determinará unas obligaciones de funcionamiento y fiscales.

La empresa nace como institución central de la actividad económica, pasando por distintas fases: manufacturera (s.XIV), Capitalismo industrial (desde s.XVIII), capitalismo financiero e internacional (desde s.XIX) y capitalismo globalizado (tras la crisis de los años 70 del s.XX).

Su éxito se explica porque cumple unas funciones económicas y sociales básicas en nuestro modelo:

Aporta bienes y servicios para abastecer a la población con eficiencia productiva (asignando recursos escasos).
Asume riesgos al adelantar el pago a proveedores antes de recuperarlo en las ventas, y cubrir costes de distribución.
Genera riqueza y empleo, afectando al crecimiento y el desarrollo social.
Aporta innovación para su eficiencia técnica y económica, que al saltar a la sociedad mejoran la vida.

OBJETIVOS DE LA EMPRESA: VISIÓN Y MISIÓN

En relación a esas funciones y en un entorno dinámico, asume unos objetivos cada vez más complejos:

Económicos- financieros: maximizar los beneficios para compensa su inversión, mantenerse, asumir otros proyectos para crecer o atraer inversores (ejemplo si suben sus acciones en bolsa.
Mercado-técnicos: Maximizar sus ventas y su posición en el mercado (protegerse de la competencia)
Técnico-productivos: innovación, eficiencia y productividad (ganar producción con menos trabajo)
Objetivos políticos-estratégicos, ganar poder y prestigio, con una visión y misión a largo plazo.
Sociales: bienestar de sus miembros (trabajadores, directivos, etc.) y de la sociedad (bienes y servicios, empleo) en tanto que la propiedad privada se subordina al interés general)
Éticos y responsabilidad social: aparecen de forma transversal al resto de objetivos, políticas y prácticas, más allá de sus obligaciones legales. Pongamos por ejemplo el compromiso con los derechos humanos, la sostenibilidad y el empleo estable.

Los objetivos se integran en las políticas estratégicas de la empresa y responden a la situación del mercado, el sector y del entorno socioeconómico, político y cultural, y a su cultura organizativa, por lo que debe tratar de hacerlos compatibles con las distintas demandas.

ELEMENTOS Y ÁREAS FUNCIONALES DE LA EMPRESA

Para cumplir sus funciones y objetivos la empresa se vale de distintos elementos, que agrupamos en:

Tangibles son aquellos que se pueden localizar físicamente y valorar económicamente,
- Capital humano (personas físicas y/o jurídicas) Trabajadores y empresario/s.
- Materiales: aquellos que se pueden localizar físicamente y valorar económicamente.
  - Capital técnico o instrumental: maquinaria, equipos,
  - Recursos naturales: energía, agua, materias primas,..
  - Recursos financieros: que financian sus activos.
Inmaterial o intangible no son perceptibles físicamente ni se puede cuantificar su valor económico, aunque puede ser elevado, por lo que cada vez se reconoce más su importancia estratégica para la empresa (la marca, prestigio, etc.)

A su vez, para una especialización y coordinación de su trabajo, se organiza en áreas funcionales:

Económica-financiera: estudia las inversiones y su rentabilidad y busca financiación.
Aprovisionamiento de materiales de producción y la gestión de stocks.
Comercial: estudia el mercado y diseña las políticas de marketing (precio, distribución, promoción, etc.)
Producción: prototipado y estudio técnico de para la producción del producto o servicio.

TIPOS DE EMPRESAS | CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN

Existen numerosas diferencias entre unas empresas y otras, según en qué aspecto nos fijemos, podemos clasificarlas de varias formas.

Según su actividad pueden clasificarse (que podrían subdividirse):

Industriales – extractivas de recursos naturales (madereras, mineras, petroleras, etc.) y manufactureras, transforman materiales en productos terminados para su consumo o para producir otros bienes (ej., maquinaria, productos químicos, etc.)
Comerciales. De compra-venta de productos terminados, entre productor y consumidor. Se clasifican en Minoristas (al por menor), Mayoristas (venden a escala) y Comisionistas (venden por cuenta de otro).
De Servicios. Prestan un servicio a la comunidad (no un bien tangible) que a su vez se clasifican en empresas de turismo, transporte, servicios públicos, etc.

B. Por su dimensión: no hay un criterio único al distinguir la empresa grande o pequeña, sino distintos indicadores: volumen de ventas o beneficios, capital propio o número de trabajadores (el más usado):

Microempresa si posee menos de 10 trabajadores.
Pequeña empresa: si tiene menos de 50 trabajadores.
Mediana empresa: si tiene un número entre 50 y 250 trabajadores.
Gran empresa: si posee más de 250 trabajadores.

Según los estudios, las PYMES tienen más capacidad que las grandes para generar empleo estable y desarrollo equilibrado, aunque cuentan con dificultades financieras que amenazan su supervivencia.

Por su ámbito de actuación, o geográfico de su actividad, condicionadas por lo que ocurra en él y afectando de manera directa al mismo: locales (uno o varios municipios), regionales (una región o comunidad), nacionales (Estado), multinacionales, transnacionales y mundiales (en varios países, aprovechando los beneficios a escala, la reducción de costes de factores de producción, diferencias legales y fiscales,.. de los países en un economía globalizada y deslocalizada).
Según la titularidad del capital mayoritario: privadas (está en manos de accionistas particulares), públicas (si está en manos del Estado), mixtas (compartida).
Según la forma jurídica podemos distinguir:

Individual, persona física, un solo propietario posee y gestiona la empresa, con responsabilidad ilimitada, coincidiendo el patrimonio mercantil con su patrimonio civil).
Sociedades, persona jurídica: varias personas aportan capital y crean un patrimonio común por un contrato de sociedad Civil o Mercantil, que a su vez pueden ser Personalista, Capitalista (SA, SL), o de interés social (Cooperativas). (*los veremos en un tema).

La empresa es un sistema social integrado por un conjunto de elementos cambiantes, internos y externos, relacionados entre sí y con el sistema global al que pertenece, al que se adapta y contribuye como agente de cambio (Teoría de sistemas).
Así conforma una Cultura empresarial, una Imagen corporativa y una relación con el entorno, que le exige una actitud ética y responsable.

El entorno de la empresa | Métodos de análisis

Las empresas no viven aisladas y ahora más que nunca se ven influidas por su entorno, en 2 sentidos:

Entorno específico o inmediato, más próximo a la empresa, integrado por la competencia actual y futura, los proveedores, los clientes, los distribuidores e instituciones financieras.
Entorno general, formado por el conjunto de factores sociales, culturales, políticos, legales, tecnológicos – científico, económicos y medioambientales que influyen en la empresa.

El entorno ha dejado de ser un elemento externo para ser un input de primer orden, ya que le aporta formación y potencial de sus recursos humanos, orden público, infraestructuras de información y comunicación, etc. y a cambio le exige atender necesidades sociales, innovar, generar empleo y riqueza, etc. con responsabilidad. Por ello, para obtener ventajas competitivas, la empresa debe conocer el entorno en que se mueve, cuidar su impacto, ser sensible a sus demandas y aprovechar sus oportunidades

Para facilitar su análisis, la empresa cuenta con métodos e instrumentos, siendo los más conocidos:

a) Método PEST, cuyas siglas corresponden con el análisis Político-legal, Económico Social y Tecnológico, que actúan como condicionantes directos de su actividad.

b) Análisis DAFO: herramienta utilizada para analizar la situación presente y próxima en dicha relación. El entorno supone una serie de amenazas y oportunidades para la empresa y ésta mostrará sus fortalezas y debilidades. Su análisis le ayudará a establecer sus planes estratégicos.

INTERNOS	EXTERNOS
Debilidades Puntos débiles de la empresa que pueden frenar la consecuencia de los objetivos	Amenazas Todo aquello previsible que, en caso de ocurrir, afectaría gravemente a los objetivos marcados
Fortalezas Puntos fuertes con los que cuenta la empresa: liderazgos, personas, productos, conocimientos, estructura, etc..	Oportunidades Aspectos positivos del entorno que, en caso de darse, favorecerían la consecución de los objetivos

La cultura empresarial y la Imagen corporativa

La Cultura empresarial es una forma de ser y estar que caracteriza y cohesiona la organización e identifica a sus miembros, entre sí y desde el exterior, define sus relaciones internas y externas y le permite ser permeable al entorno y adaptarse a los cambios manteniendo su identidad. Se compone de valores, costumbres, ideas, formas de pensar, de vivir y de actuar; una misión, una visión común, y unas reglas y soluciones compartidas a problemas internos y externos. Y se alimenta de símbolos (uniformes, logos, colores), mitos y rituales (actos solemnes, efemérides) y de un lenguaje común.

La imagen corporativa tiene que ver con lo que se percibe de una empresa en el exterior, aunque también se refleja en el interior.

Aunque tanto la cultura empresarial como su imagen son consecuencia natural de la interacción de sus miembros y de una determinada forma de ser y actuar de la empresa, también puede ser inducida o planificada por la dirección, como estrategia de marketing, para mejorar sus beneficios, a través de:

Sus trabajadores: mejorando el clima de trabajo y con ello la productividad.
Los consumidores: ya que su valoración se traducirá en mayores ventas.
Los agentes sociales (patronal y sindicatos),mejorando futuras negociaciones.
La opinión pública: logrando campañas de comunicación favorables.
Captar futuros inversores y financiación.

La escuela clásica (M. Friedman) establecía que la responsabilidad de la empresa se limita a abastecer a la demanda con bienes de calidad y a precios justos en un libre mercado, y ocuparse de fines sociales daña al accionista y al consumidor, que pagaría, vía precios, tal contribución social. Sin embargo, hoy la Sociedad exige una actitud responsable y preventiva, porque en ella repercute la actividad económica (crisis, desempleo, deterioro ecológico). Así, la empresa asume importantes obligaciones sociales, más allá del cumplimiento de la ley:

Subordinar la producción a las demandas de la población- y no a la inversa-
Proporcionar empleo estable y de calidad
Contribuir al crecimiento económico sostenido, respetuoso con el medioambiente
Impulsar la investigación y el desarrollo tecnológico, al servicio del bienestar social, etc

Y su logro, no solo favorece el bien común, sino el propio beneficio empresarial ya que: el trabajador satisfecho y formado es más productivo, se reducen los costes (medioambiente, reciclaje, I+D) y mejora su imagen corporativa y con ello su posición estratégica y sus beneficios.

El balance social es un instrumento que proporciona información comparada de los efectos positivos y negativos de su gestión sobre el entorno. Permite a las empresas planificar, organizar, dirigir, controlar y evaluar, en términos cualitativos y cuantitativos, el cumplimiento de su responsabilidad social, dentro de un periodo determinado y de acuerdo a unas metas preestablecidas.

La responsabilidad exige no olvidar la ética en los negocios. Como hemos visto entre los objetivos de la empresa, los valores éticos y sociales deben aparecer de forma transversal, impulsando prácticas que concilien la búsqueda del beneficio con las buenas prácticas dentro y fuera de la empresa:

Cumplir con rigor la ley y actuar con transparencia, honestidad, no especulación, etc.
Respetar los derechos humanos y laborales, incluso en los países donde su legislación no los cumple (ejemplo, igualdad y no discriminación, no utilizar mano de obra infantil, jornadas y salario dignos, etc.)
Respetar el medioambiente, con una visión preventiva, más allá de lo que exige la ley.
Respetar los valores de la comunidad, fundamental para las empresas globales.
Una nueva visión de la gestión de personal (valoración del esfuerzo, el diálogo, etc.).
Procurar la distribución equitativa de la riqueza, para repercutir sobre la sociedad parte de este beneficio que ésta le aporta (ejemplo, la filantropía).